Me llamo Michael. Soy hijo de, en mi opinión, el mejor pintor surrealista del todos los tiempos: Edgar Ende, y, para mi, la mejor madre del mundo: Luise Bartholomä. De joven, participé en la agrupación antinazi “Frente Libre Baurian”, mientras estudiaba, hace tanto tiempo ya… después suspendí mis estudios para servir al ejercito alemán, creo que fue la época más aburrida de mi vida.
Nos mudamos a Munich por el trabajo de mi padre, Munich era mi ciudad favorita de todo el país. Allí es donde estudié interpretación, en la escuela de Otto Falckenburg y trabajé como actor, guionista de teatro y escritor de críticas cinematográficas y… también comencé a escribir, relatos juveniles e infantiles. En esa época mis relatos empezaron a ser populares, concretamente gracias al premio Deutscher Jugendbuchpreis por mi obra infantil “Jim Botón y Lucas el Maquinista”, de la cual publiqué la segunda parte en 1962, diría, ya he perdido la cuenta de los años. Creo que tengo que hablar de Ingerborg, Ingerborg Hoffman, la maravillosa cantante con la que me casé, y quién falleció de cáncer. Mi segunda mujer fue Mariko Sato, quién estaba aquí a mi lado hace unas horas.
Mi vida se ha basado en la escritura. Mis relatos fantásticos son lo más importante que he hecho. “Momo” y “La historia Interminable” me dieron la fama universal. La historia Interminable se llevó al cine varias veces, aunque fue un éxito, nunca deberían haber cambiado tanto mi historia original. Siempre me ha gustado escribir libros con extrañas criaturas y lugares, hasta el día de hoy, 29 de Agosto de 1995, que he fallecido con 65 años en mi país, debido al cáncer de estómago que llevo tiempo arrastrando.
Nos mudamos a Munich por el trabajo de mi padre, Munich era mi ciudad favorita de todo el país. Allí es donde estudié interpretación, en la escuela de Otto Falckenburg y trabajé como actor, guionista de teatro y escritor de críticas cinematográficas y… también comencé a escribir, relatos juveniles e infantiles. En esa época mis relatos empezaron a ser populares, concretamente gracias al premio Deutscher Jugendbuchpreis por mi obra infantil “Jim Botón y Lucas el Maquinista”, de la cual publiqué la segunda parte en 1962, diría, ya he perdido la cuenta de los años. Creo que tengo que hablar de Ingerborg, Ingerborg Hoffman, la maravillosa cantante con la que me casé, y quién falleció de cáncer. Mi segunda mujer fue Mariko Sato, quién estaba aquí a mi lado hace unas horas.
Mi vida se ha basado en la escritura. Mis relatos fantásticos son lo más importante que he hecho. “Momo” y “La historia Interminable” me dieron la fama universal. La historia Interminable se llevó al cine varias veces, aunque fue un éxito, nunca deberían haber cambiado tanto mi historia original. Siempre me ha gustado escribir libros con extrañas criaturas y lugares, hasta el día de hoy, 29 de Agosto de 1995, que he fallecido con 65 años en mi país, debido al cáncer de estómago que llevo tiempo arrastrando.
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