Se percató de la presencia de una niña, plantada en medio de su librería cuándo él salió del almacén para colocar unos libros en su sitio, atento a lo que hacía, no miró a la pequeña. Estaba empapada. Llevaba un abrigo oscuro y un pantalón rosa, botas de agua y una bufanda muy larga, que casi llegaba al suelo. Casi no se le veía la cada con tanta ropa, sólo sus ojos azules mirando fijamente al anciano que finalmente se giró hacia ella y le dirigió la palabra
- ¿Por qué estás ahí quieta? – dijo
La niña no respondió
- Estás empapada, ¿No tendrías que estar en el colegio?
Después de unos segundos ella asintió con la cabeza, el hombre dejó lo que estaba haciendo y se plantó frente a ella.
- No quiero ir a la escuela – dijo la niña
Bastian se le quedó mirando como esperando una explicación
- Mis compañeras no me quieren en el gupo
Al anciano se le abrieron los ojos más de lo que creía poder hacerlo.
- ¿Y eso? – preguntó
- Me insultan y me llaman fea y tonta y no me quieren.
- ¿Ah, sí? ¿Y te dan miedo?
- Sí. No quiero quedarme sola ni que me peguen, y hoy no quiero ir a la escuela.
- ¿Cómo te llamas?
- Alicia.
- ¿Quieres que te preste un libro, Alicia?
Ella volvió a asintir con la cabeza. Bastian sonrió y desapareció un momento por donde había salido un rato antes y volvió con un libro de cubiertas duras, con dos serpientes dibujadas en la portada…
- ¿Por qué estás ahí quieta? – dijo
La niña no respondió
- Estás empapada, ¿No tendrías que estar en el colegio?
Después de unos segundos ella asintió con la cabeza, el hombre dejó lo que estaba haciendo y se plantó frente a ella.
- No quiero ir a la escuela – dijo la niña
Bastian se le quedó mirando como esperando una explicación
- Mis compañeras no me quieren en el gupo
Al anciano se le abrieron los ojos más de lo que creía poder hacerlo.
- ¿Y eso? – preguntó
- Me insultan y me llaman fea y tonta y no me quieren.
- ¿Ah, sí? ¿Y te dan miedo?
- Sí. No quiero quedarme sola ni que me peguen, y hoy no quiero ir a la escuela.
- ¿Cómo te llamas?
- Alicia.
- ¿Quieres que te preste un libro, Alicia?
Ella volvió a asintir con la cabeza. Bastian sonrió y desapareció un momento por donde había salido un rato antes y volvió con un libro de cubiertas duras, con dos serpientes dibujadas en la portada…
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